Busqué una imagen con la cual sintetizar nuestro período de estudio: el siglo XX. Debería ser fácil. Si un siglo se expresó con imágenes ese fue el XX. Todo lo que sucedió fue fotografiado, filmado. Nada escapó a los cazadores de imágenes, que acompañaron a los ejércitos, visitaron los lugares más recónditos, descubrieron lo extraño debajo de la trama de lo cotidiano, mostraron a una parte del mundo la otra mitad. Tal vez por eso mismo se hace difícil. ¿Cuál elegir?
Terminé
decidiéndome por un dibujo de Quino (alguno pensará que es un chiste, pero no).
En la primera viñeta aparece una mucama, un cuarto desordenado y sobre una
pared, una reproducción del Guernica, de Picasso. El Guernica es un ícono del
siglo XX. La destrucción de la ciudad vasca por la aviación alemana aliada a
Franco preanunció el bombardeo indiscriminado de ciudades de la Segunda Guerra
Mundial. Picasso lo pintó en 1937 y volcó en él el “aborrecimiento hacia la
casta militar que ha sumido a España en un océano de dolor y de muerte”.
En el
segundo cuadrito la diligente mucama ha ordenado el cuarto, y también al
Guernica. La muerte se ha trocado en paz, el caos en armonía, los animales
heridos ahora descansan protegidos por el establo.
El primer
Guernica es la historia sucedida, el segundo, la que nos quieren contar.
Ordenada, apacible, predecible, todo se ha tranquilizado.
Hay que
volver al primero, el mismo Picasso lo decía, la pintura no está hecha para
decorar las habitaciones. Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo
contra el enemigo.